ESPERANDO A LA ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE ROPE ACCESS
Por medio de la presente quiero dar a conocer a todos mis amigos y conocidos que a partir de Enero 2020 ya no pertenezco oficialmente a Irata y Sprat así que seguiré con mis compromisos de trabajo y colaboración exclusivamente en el Comité Técnico Científico de AIOLaF (Asociación Nacional Italiana de Rope Access), la IWR Academy bajo los estándares del Sello IWR, además de las instituciones académicas y de investigación nacionales e internacionales que me permiten seguir con mi actividad de investigador en tema de seguridad en las alturas. Al declarar lo anterior, desde luego no quiero perder la oportunidad de agradecer a estas dos instituciones por todas sus grandes aportaciones a la comunidad internacional de técnicos de Rope Access así como a quien escribe ya que en mi trayectoria de más de 30 años he tenido la fortuna de incluir los cursos de Irata y Sprat USA, entre más cosas que fueron y que seguramente vendrán.
Por otro lado me parece correcto compartir algunas ideas claves a través de los cuales se tomó la decisión sobre mencionada, empezando por recordar que cualquier asociación constituida exclusivamente en su país de origen (hasta la fecha todas), independientemente de sus reconocimientos o inicio de operaciones, siempre será una más en aquella larga lista donde aparecen las otras instituciones nacionales (Anetva, Apetac, AIOLaF, Fisat, Soft, etc. disculparán las muchas que falten mencionar) que además de colaborar con las instituciones oficiales de su gobierno, acatar las indicaciones oficiales específicas mejor que cualquier otro, se dan la justa tarea de reunir y certificar a los técnicos de sus propios países bajo los estándares de calidad y seguridad propios. Más allá de que todas las asociaciones del mundo con todas sus diferencias comparten por lo menos 50 años de historia común de trabajos verticales, bajo ninguna circunstancia creo yo ser correcto indicar algunas de ellas como inadecuada a nivel general.
Todo lo anterior ayuda y mucho para que se pierda aquel sentido para pertenecer contemporáneamente a distintas asociaciones que resultan ser especulares (por no decir iguales), que realizan sus propios acuerdos comerciales exclusivos con empresas privadas (para que estés obligado a comprar su certificado), que piden acreditar estándares de conocimiento prácticamente idénticos pero con cursos distintos y repetitivos (porque no reconocen ningún otro sistema a parte el propio), que operan bajo esquemas comerciales cada vez más enfocados a fortalecer una marca que finalmente es distintiva del país de origen (donde de hecho terminan también los recursos principales) y por si no fuera suficiente, en fuerte competencia entre ellas para ampliar su área de influencia desacreditándose una con otra, de ser necesario, también a través de la “mala práctica” de los adeptos en indicar presuntas malas prácticas sin siquiera saberla fundamentar: una cacería de brujas en casa propia y sin saber como reconocer a una bruja.
En este panorama actual, por lo general lo que más brilla es la incapacidad y quizás la poca voluntad de crear un sistema asociativo consenciente entre instituciones y países (ver ISO como ejemplo), mientras han sido más evidentes las imposiciones de distintas formas, que en algunos casos han llegado a caer en esquemas dicotómicos y monopolísticos, que es bueno recordar ser acciones ampliamente condenadas en cualquier país del mundo. Posiblemente el resultado de todo lo anterior pudiera ser una de las causas por las cuales siga faltando una asociación internacional, que se estipule respetando los fundamentos legales para la libre asociación, que por supuesto requieren como directrices el reconocimiento mutuo, la inclusividad y las colaboraciones necesarias para que la comunidad de técnicos verticales pueda crecer de manera sinérgica, sin países o regiones de segunda división donde reina la triste lógica “el primero que llega se lleva lo mejor”. De hecho, las asociaciones internacionales se crean entre instituciones locales con la finalidad de compartir informaciones y eventualmente definir parámetros generales comunes entre las distintas escuelas (aplicando la fatigosa pero justa estrategia del consenso): en un gran ejemplo la Ikar Cisa, asociación internacional de rescate de montaña que reúne todas las instituciones nacionales oficiales, desde luego respetando la pluralidad de ideas y técnicas de las cuales la misma asociación finalmente es la principal beneficiaria, y realizando eventos de integración e intercambio entre sus socios. Imagínense que gran diferencia con aquella asociación que pretenda crecer y peor internacionalizarse perjudicando a todas las instituciones locales que se encuentre en el camino.
Por supuesto en el momento que aparezca una institución que actúe con el carácter internacional sobre descrito y anhelado (de hecho ya tenemos las normas internacionales ISO de Rope Access y en todos los países se sigue trabajando en las normas oficiales), entonces estaré más que listo en participar en la construcción y mejora continua de un sistema de calidad y seguridad como bien común para toda la sociedad. Pero por lo pronto sigue pendiente la tarea y aunque pongamos 10 piezas para colmar aquel vacío en nuestro rompecabezas, ya me queda muy claro que jamás podrán sustituir la pieza correcta faltante.
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Autor: Franco Grasso
Director de la IWR Academy
Responsable del Área de Rescate Vertical de los Topos Birta
Director de la Escuela Nacional de Alpinismo y Rescate Alpino ItalianTREK
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